El pié diabético, cuidados y tratamiento
El pie diabético, aparece cuando existen niveles inapropiados de glucosa en sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes (hipertensión arterial e hipercolesterolemia) que provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a medio-largo plazo.
Dos de los riesgos de estos pacientes son:
- La disminución de la sensibilidad
- La mala circulación del pie
Estos riesgos pueden derivar en la formación de una úlcera, algunas veces graves, y que es la principal causa de una posible amputación.
La mayoría de las heridas son causadas por una disminución de la sensibilidad del pie y surgen en la planta o en las zonas cercanas al hueso, como los nudillos de los dedos.
En el caso de que un paciente observe una úlcera, deberá acudir lo antes posible al especialista. No únicamente para curarla, sino para diagnosticarla y diseñar un tratamiento personalizado lo más adecuado a su caso.
Prevenir lesiones en el pie diabético
Lo primero que hay que hacer es seguir las recomendaciones generales para el control y tratamiento de la diabetes que, probablemente, nos habrá dado el médico.
- Hacer ejercicio físico de manera habitual
- Seguir las pautas dietéticas: adoptar una alimentación variada y ordenada, controlar el consumo de grasas y el colesterol, no consumir alcohol.
- Controlar los niveles de glucosa en sangre
- Tomar la medicación adecuada.
- No fumar (el tabaco afecta a la circulación de la sangre)
Cuidados del pié diabético
Tenemos que prestar especial atención al cuidado de los pies, especialmente si padeces diabetes, el aumento de la glucosa en sangre puede afectar al tejido de los nervios sobre todo de pies y piernas, es lo que se conoce como neuropatía diabética, además puede afectar a las arterias de las extremidades, lo que se llama vasculopatía periférica por eso debes vigilar y cuidar tus pies para evitar heridas.
Uno de los primeros síntomas es la pérdida de sensibilidad, en fases avanzadas puedes llegar a no sentir el dolor cuando te haces una herida.
Para evitar problemas vamos a ver una serie de consejos:
- Llevar una vida sana y saludable: no fumar, reducir el colesterol, mantener niveles de glucemia y tensión arterial adecuados.
- Evitar andar descalzo para evitar cortes.
- Revisa tus pies a diario aunque no tengas molestias, comprueba si tienes algún corte, llaga o mancha y si ves algo raro acude a tu médico.
- Lavarse los pies a diario con agua tibia y jabón, es importante secarse bien los pies, entre los dedos y sin frotar fuerte.
- Si tienes la piel seca utiliza crema hidratante, eso sí, nunca entre los dedos
- No utilices cuchillas de afeitar, cremas o líquido para quitarte los callos. Si te cuesta cortarte las uñas por cualquier motivo acude al podólogo.
- Utiliza corta uñas, para cortarte las uñas.
- No utilices zapatos sin calcetines.
Para mejorar la circulación de tus pies puedes hacer unos ejercicios muy sencillos
“Cuando estés sentado sube los pies y mueve los dedos y tobillos durante 5 minutos, dos o tres veces al día, por lo menos.”
Recuerda no cruzar las piernas y ni llevar medias muy ajustadas.
Revisión diaria y completa del pie diabético
Hay que revisar bien las plantas, talones, costados, la parte superior de los pies y especialmente en medio de los dedos, donde es fácil que las lesiones pasen más desapercibidas, buscando:
- Piel seca o agrietada, cortes, ampollas o úlceras. Cualquier herida puede ser susceptible de infectarse y debe vigilarse con atención
- Hematomas o inflamación
- Cambios de color
- Falta de sensibilidad
- Dolor
- Callos
En caso de detectar cualquiera de estas cosas hay que acudir rápidamente al médico.
Para poder ver correctamente todas las zonas del pie y si se está haciendo una autoexploración puede ser de ayuda utilizar un espejo. También se le puede pedir a un familiar o persona de confianza que nos ayude.
Higiene del pie diabético
Se debe realizar una higiene diaria teniendo en cuenta que es mejor hacerlo al ducharse y no haciendo un baño exclusivo de los pies porque la piel queda demasiado blanda y el agua puede estar demasiado caliente. Además hay que:
Utilizar agua tibia. Para comprobar la temperatura del agua se puede utilizar el codo o el brazo. Si es necesario retirarlos es que está demasiado caliente
Emplear jabones neutros y suaves, si se tiene dificultad para llegar a los pies se puede emplear un cepillo con un mango largo. El cepillo debe ser blando, nunca duro
Enjuagar bien los pies para que no queden restos de jabón
Secar de manera cuidadosa y suave los pies. Se puede hacer con pequeños golpecitos con la toalla, asegurándose de que no quede humedad entre los dedos
Hidratar las zonas secas con una crema de lanolina, evitando ponerla entre los dedos
Después de llevar a cabo la higiene no conviene salir a caminar ya que la piel tarda un rato en recuperarse y hay que dejar que la crema, si se ha aplicado, se absorba correctamente.
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